Frédéric Mitterrand, Ministro de Cultura y Comunicación, quiere situar la lectura en el centro de las preocupaciones de su ministerio. Este último debe desempeñar un papel de aguijón y de socio frente al conjunto de los actores, ya sean institucionales o asociativos. Su papel prospectivo, su capacidad de animar una reflexión colectiva y de incitar a la experimentación y a la innovación son determinantes para modificar en profundidad las tendencias a la erosión de la lectura.