Señor,
Usted acaba de enviar a la prensa una tribuna de la que me envió copia por carta de 31 de julio de 2014.
Usted me pregunta sobre diferentes temas, entre los cuales las dificultades económicas que encuentran algunos distribuidores franceses, la caída del mercado del vídeo, la lucha contra la piratería, y la cronología de los medios de comunicación...
Desde hace dos años, he tratado de dotar al cine francés de los medios para continuar su proyección y su desarrollo, tanto en Francia como en el extranjero. Sin embargo, estoy atenta a proseguir una acción de amplitud y que se despliega en todos los ámbitos que atañen a esta importante industria cultural, buque insignia de nuestro país.
He recordado en numerosas ocasiones, y en particular el pasado 8 de enero con ocasión de la entrega del informe de René Bonnell, que la difusión de las obras es esencial: esto pasa por su distribución y por su mejor exposición en sala y en el mundo, porque la exportación debe constituir también un eje principal de nuestra reflexión.
Permítanme también recordarles que en el último festival de Cannes hice hincapié en la importancia de reforzar el sector de la distribución. He confiado esta misión al CNC, tras las reuniones para la diversidad del cine en las que usted participaba. Se están perfilando pistas, se están concretando propuestas que deben conducir a conclusiones en otoño para una aplicación rápida.
En lo que respecta más concretamente a la cronología de los medios de comunicación, tomé una posición firme sobre este tema hace dos semanas porque la falta de evolución del dispositivo desde el acuerdo de 2009 ya no es sostenible. Me parece que su interpelación no tiene en cuenta mis declaraciones. He expresado en dos ocasiones en la prensa nacional la necesidad de tener en cuenta la evolución de los usos en la era digital y he presentado propuestas de reforma al respecto. En efecto, es esencial que los propios profesionales emprendan desde ahora los ajustes, en particular en un contexto de llegada de actores que no contribuirán a la financiación de la creación francesa y europea, como Netflix o pronto Amazon.
No puedo sino invitarles, por medio de su organización profesional, a unirse a la concertación que el CNC llevará a cabo a petición mía a partir de septiembre.
Es nuestra responsabilidad colectiva llegar a un acuerdo equilibrado, que tenga en cuenta la voluntad del público de disponer más rápidamente de las obras: es en particular el sentido de mi propuesta de adelantar las ventanas TV de 2 meses, ampliar el período de exposición de las obras en VoD y adelantar en 12 meses la ventana VàDA. Si los profesionales desearan ir más lejos, sería un paso positivo más que me complacería.
Asimismo, me parece esencial seguir animando al público a acceder legalmente a las obras.
Como complemento de la reforma de la cronología de los medios de comunicación, que puede evidentemente contribuir a dinamizar el mercado del vídeo a la carta, y del componente pedagógico que constituye la respuesta graduada que sigue siendo pertinente y operativa, Quiero hacer hincapié en la lucha contra la piratería comercial. Porque la lucha contra la falsificación debe permitirnos aprehender a través de los circuitos de financiación (organismos de pago, administraciones publicitarias) a los actores que obtienen beneficios a expensas de los autores y de los creadores.
Así, había pedido a Mireille Imbert-Quaretta unas propuestas operativas que me entregó el pasado mes de mayo, y también anuncié que debíamos dar a conocer mejor al público, en particular a los jóvenes, con el ministro de educación nacional, el valor de las obras, la economía de la creación y, por consiguiente, la necesidad de proteger los derechos de los creadores y las obras.
Paralelamente, comprometo un trabajo interministerial indispensable para la aplicación de las herramientas de lucha contra la falsificación en línea: el Ministerio de Cultura no puede actuar solo en este ámbito. Hemos trabajado con la Cancillería en ello.
Por último, me parece útil que, paralelamente a las iniciativas de los actores franceses del vídeo a la carta para federarse o desarrollarse, se aplique un dispositivo de referenciación de las ofertas legales en línea existentes en Francia, para orientar mejor al internauta en su deseo de acceder a las obras. En este sentido, el CNC lanzará una licitación en otoño.
El cine francés es uno de nuestros mayores orgullo. En nombre de nuestro apego a su fuerza creativa, he luchado por la excepción cultural y defiendo en las instancias europeas una visión ambiciosa del lugar de la cultura en Europa. De este modo, he presentado a la Comisión Europea una posición exigente sobre la promoción del derecho de autor: no dejaremos que las instancias europeas pongan en tela de juicio el edificio pacientemente construido del derecho de autor, que ha demostrado toda su pertinencia en nuestro país. Hoy en día, el reto es enorme, ya que existen amenazas sobre la transferencia de la competencia sobre el derecho de autor a un comisario encargado de la industria y de lo digital. Estoy movilizando a mis colegas europeos en este asunto, que podría constituir un riesgo importante. Los invito a unirse a los profesionales, como la SACD, que han comenzado a tomar iniciativas contra esta amenaza.
En conclusión, y a la espera de continuar esta discusión de viva voz, les repito que mi prioridad es hacer del cine francés como industrias creativas una punta de lanza de la modernidad del modelo francés de financiación de la cultura, del alcance y la creatividad de nuestro país.
Conozco los principales desafíos a los que se enfrenta la industria cinematográfica, en todos sus componentes, y hago todo lo posible, metódica y decididamente, para que se encuentren soluciones rápidas. Les propongo que nos reunamos a principios de septiembre, en el Ministerio de Cultura y Comunicación, para evocar estos temas y compartir nuestra ambición y nuestra energía comunes al servicio del cine.
Le ruego acepte, señor, la expresión de mi distinguida consideración.
Aurélie FILIPPETTI